domingo, noviembre 21, 2010

Los médicos y la Sábana...





La primera comunicación científica sobre la Sábana fue la de Yves Delage, médico, zoólogo, Profesor de Anatomía Comparada en la Sorbona, miembro de la Academia de Ciencias de París y acreditado agnóstico.

No había en aquella primera comunicación ninguna mención del ilustre sabio francés, porque sabio era el Prof. Delage, a algún hecho sobrenatural, muy por el contrario tras dos años de trabajo con Paul Vignon y René Colson, proponían una explicación "natural".

Delage no llegó a leerla, aunque se publicaría en varias revistas. Aquellos energúmenos "académicos" se levantaron vociferantes al escuchar el nombre de Jesús de Nazaret, personaje inexistente para aquel "progresío" disfrazado de ciencia.

No pudo sin embargo suceder una mejor cosa, porque aquel escándalo acrecentó el interés de su estudio por muchos otros científicos. Así se escribe la Historia.

Desde que la Sábana Santa "entró" en el estudio científico de mano del Profesor Delage en 1902, numerosísimos profesionales de la Medicina se han sentido atraídos por ella.

Como puede leerse en alguna ocasión la falsedad de que no existe una "comunidad científica" de expertos y cualificados en los aspectos médicos de la Sábana Santa, para demostrar lo contrario, el que SI existe, he confeccionado una relación de médicos ilustres, muchísimos de ellos catedráticos o profesores de Universidad, que avalan la concurrencia en el Hombre de la Sábana de aspectos médicos que no son reproducibles por vía del arte, que corresponden a la existencia real de un ser humano que ha tenido contacto con la Sábana, que ha dejado en ella las huellas de su sangre y que por una vía que escapa al conocimiento actual de la Ciencia, ha dejado impresa en ella la impronta de SU imagen.

Indico en muchos de ellos algún trabajo relevante para una mejor identificación por el lector.

-Accetta A. Nuclear Medicine and its relevance to the Shroud of Turin.

-Baima Bollone.P. The Shroud under the microscope: Forensic examination

-Ball DA. The crucifixion and death of man called Jesus.

-Barbet P. La Passion de Jésus-Christ selon le chirurgien.

-Belcet F, Filippa-Borrono-Bona, Manfredi, Mattio. Riflessioni del chirurgo sull ferita toracica.

-Bucklin R. An autopsy on the Man of the Shroud.

-Brillante C. La fibrinolisi nella genesi delle impronte sindoniche.

-Davis CT. The crucifixion of Jesus: the passion of Christ from a medical point of view.

-Delfín Villaláin J. Estudio de la rigidez cadavérica que presenta la Sábana de Turín.

-Canale M. Rilievi e considerazione sul DNA presente sulla Sindone.

-Caminals A. Estudio de la crucifixion según la Sábana Santa.

-Cappi M. La Sindone dalla A alla Z.

-Cinquemani N, Cicchetti S. Le dopple immagini sulle mani dell´Uomo della Sindone.

-Coppini L. Le lesione da punta ed il colpo di lancia visibili sulla Sindone. Rilievi di anatomia topografica e radiologica.

-Dellesite G. Cause fisiche della morte della Sindone: medicina e certezze.

-Domínguez J J. La Síndone. Estudio médico.

-Edwards WD. On the physical cause of death of Jesus.

-Fiori R. La lesioni da inchiodamento ai piedi dell´Uomo della Sindone.

-García Blazquez M. La búsqueda científica de Dios.

-Garza-Valdes L. Wood remnants in the blood of the occipital region of the Man on the Shroud of Turin.

-Gilly R. La Pasión de Jesús. Conclusiones de un médico.

-Giraud F. Le Saint Suaire, étude medicale et scientifique.

-Goldoni. Estudio hematológico sobre las muestras del Sudario tomadas en 1978.

-Guillaud Vallee O. Position en opposition du ponce chez l´homme du linceoul étude critique des travaux de Barbet.

-H. Ur Rerhman. Did Jesus Christ die of pulmonary embolism? a rebuttal.

-Hynek R W. Lo que revela el Sudario a un convertido.

-Huisman H. The Holy Shroud of Turin. Injury of the right eye.

-Judica Cordiglia G. L´Uomo della Sindone e il Gesu dei Vangeli?

-Larato G. L´ignominiosa flagellazione secondo la Síndone: rilievi di fisiopatologia clinica.

-LeBec A. The death of the cross: a physiological study of the passion of Our Lord Jesus Christ.

-Legrand A. Du Gibet du Golgotha a ceux de Dachau.

-Lavoie G. Forensic studies of the blood marks on the Shroud of Turin.

-Lévêque J. Le Saint Suaire revisité.

-Lorente J A. Examen forense al cuerpo de Jesús.

-Mérat P. The nailing of the feet on the Cross.

-Milanesio A. Le lesioni da inchiodamento agli arti dell´Uomo della Sindone.

-Novelli G. La Síndone un caso ancora aperto.

-Palacios Carvajal J. La Sábana Santa.Estudio de un cirujano.

-Puorrat O. The localization of the chest wound on the right side.

-Revidatti D. Anatomía de la Crucifixión. Las manos.

-Rodante S. Medico-necroscopic enquiry of wounds from the crowning with thorns on a medieval painting. Comparison with corresponding image on the Shroud.

-Rubén Darío Camargo R. Fisiopatología de la muerte de Jesucristo.

-Thibault Heimburger, Le Suaire et la Science.

-Signorini R. Alla ricerca della prova provata.

-Suárez Lledó Alemany J. Informe médico legal sobre el Sudario de Oviedo y la Síndone de Turín.

-Solas J. Blood stains on the Shroud.Distinctive characteristics. The problem of their transfer.

-Truman D. The crucifixión of Jesús. The passion of Chris from a medical point of view.

-Whanger A. Radiological aspects of the Shroud of Turin.

-Wilkinson J. The physical cause of the death of Christ.

- Barragán Jain, Caselli, Cameron, Clerq J M, De Vicentiis, Delgado Roig, Gambescia J, Igartus, Jewell H J, La Cava, Lagraña R, Liébana J, López Gómez L, Marchand, Michel W, Morano H, Novelli, Notowski, Pugeaut R, Sáez Rodriguez, Sava Anthony , Stroud Willian, Terraes A, Tarantini D, Valdés, Wasenar R, Willis D .

Representan tan sólo la "punta del iceberg", pues son un sinfín los médicos profesionalmente muy bien acreditados,entre los que me cuento, los que hemos reconocido en la figura del Hombre de la Sábana, cruelmente martirizado, todas las características propias de un ser humano que la Sábana envolvió, Jesús de Nazaret.

¿Son las marcas del sedile?









Aún en los "pequeños" detalles la Sábana es sorprendente y fascinante.

En Septiembre de 2008 Mario Latendresse llamaba la atención en un brevísimo pero muy interesante artículo, "Why would a forger be so precise? The four circle blood marks on the back of the man of the Shroud", http://www.sindonology.org/papers/bloodMarksButts.shtml , sobre las marcas de sangre y los cuatro círculos de suero de los que yo tomaba y mostraba las fotografías, enmarcando los círculos, en un reciente post , "La teoría del desmayo (3), y de las que un estimado lector se interesaba por su localización. La fotografía del artículo de Latendresse procedía de las tomadas por Barrie Schwortz (STURP) en 1978.

Muestro ahora su localización sobre la Sábana completa, enmarcándolas en un rectángulo, así también el cómo se presentan en las fotografías de Secondo Pía (1898), Giuseppe Enrie (1931), Barrie Schwortz (1978) y Giancarlo Durante (2002).

Muy diferentes de las marcas y heridas producto de la flagelación, las marcas a las que hacemos referencia se muestran como coágulos que se han "calcado" en la Sábana, la fibrina de esos coágulos se ha retraído "exprimiéndolos" y exudando el suero o plasma que se ha extendido por capilaridad en el tejido y alrededor de los coágulos formando esos nítidos y bien definidos círculos indicando que no había una dirección privilegiada, esto es, que el cuerpo estaba en posición horizontal, tumbado.

Mario Latendresse estima que las heridas son debidas a clavos o espinas colocadas en el madero con la malsana intención de agravar el sufrimiento del Crucificado, no soy de esa opinión y creo más probable que puedan estar relacionadas con la presencia de un sedile, pequeña pieza de madera sujeta sobre el madero vertical que a modo de pequeño asiento o bien entre las piernas podía facilitar apoyo al crucificado y hacer más efectivos los movimientos respiratorios prolongando el tormento. Las esquinas de un sedile que no cumpliera su función de apoyo por la falta de fuerzas en el crucificado para mantenerse sobre él creo que podrían justificar esas lesiones casi simétricas al "clavarse" sobre la piel....

Las manchas de sangre y halos de suero se disuelven sin dejar ningún residuo por la acción de las proteasas, y debajo de ellas no hay imagen ( las zonas de imagen no se afectan, no se "disuelven" por la acción de las proteasas), indicando que esas manchas se produjeron antes de que la imagen se formara y que impidieron la formación de imagen sobre el tejido que ellas "manchaban".

Si hasta ahora los intentos de reproducir la imagen han sido fracasos estrepitosos, cosa lógica desconociendo el mecanismo de formación de la imagen, la reproducción de las manchas de sangre sobre la imagen ni siquiera se ha intentado, porque están condenados sus intentos al mismo estrepitoso fracaso pese a que conozcamos bien en este caso los mecanismos de formación.


lunes, noviembre 08, 2010

La teoría del desmayo (4)






El corazón se halla situado en medio de la cavidad torácica, por detrás del esternón del que sobresale más a la izquierda a expensas del ventrículo izquierdo y algo menos a la derecha a expensas de la aurícula derecha.

A nivel del quinto espacio intercostal ambos lados del esternón, derecho e izquierdo, se constituyen en "puntos mortales" al ser penetrados por un arma blanca a poca que sea su penetración una vez traspasada la pared costal. Estos "puntos mortales", amén de otros, eran bien conocidos por los soldados mejor entrenados del mundo antiguo, los soldados de Roma.

Cuando el soldado traspasó con su lanza el costado de Jesús, su intención deja poco lugar para la duda.

No se elige el herir sobre un "punto mortal" para cerciorarse de si una muerte aparente es tan sólo un desmayo, se elige un "punto mortal" para garantizar o certificar la muerte.

Traté en un post muy anterior http://lasabanaylosescepticos.blogspot.com/2009_03_01_archive.html sobre el manejo por los soldados de Roma de las "pila", armas de utilización preferentemente arrojadiza en el campo de batalla pero también utilizada en el "cuerpo a cuerpo" al modo habitual de la lanza.

El pilum romano, singular de pila, era capaz de atravesar el escudo del adversario y aún herirle mortalmente.....De hecho nos ha llegado el relato de poder atravesar varios escudos galos y fijarlos entre si.

Quiero significar con ello el gran poder de penetración de esas armas gracias a su largo vástago de hierro y a la fuerza "habitual" que el soldado desplegaba en su utilización.

La herida del costado, su interpretación, debiera ser crucial en la teoría del desmayo y supervivencia de Jesús, pero es eludida por unos, tergiversada por otros, y como hecho común a "unos y otros" el ignorar sus terribles consecuencias.

Para justificar el "agua" brotando de la herida aludida por Juan, algunos no han dudado en referirla como líquido ascítico, procedente del peritoneo, e incluso orina, claro que para ello trasladan la herida del costado a la línea media abdominal. Pero ni es la línea media abdominal lo que Juan relata sino el costado, ni es la línea media abdominal lo que se muestra en la Sábana Santa, sino el costado en su quinto espacio intercostal derecho.

Hay que buscar pues esa "fuente" de agua en la pleura o en el pericardio.......y asumir sus consecuencias.

Veamos que sucedería en el "vivo" al recibir la lanzada:

-Al penetrar la punta de la lanza en el espacio intercostal derecho la hemorragia podría ser moderada, incluso pequeña de no interesar un vaso importante, perforaría la hoja parietal de la pleura que podría contener una cantidad importante de sangre mezclada con exudado pleural entre esa hoja parietal perforada y la hoja visceral, un hemotórax causado por la flagelación, que fluiría como tal mezcla al retirar la lanza.

La consecuencia de la perforación pleural sería un neumotórax que se denomina como abierto al ser la superficie de la herida igual o mayor que 2/3 del diámetro de la tráquea, circunstancia que se da en la herida del costado de la Sábana, con lo que tras una inmediata entrada del aire procedente del exterior que iguala la presión intratorácica con la presión atmosférica anulando el mecanismo respiratorio normal y colapsando el pulmón derecho que se reduce a un muñón inoperante, el aire continúa entrando con los movimientos respiratorios y va desviando el mediastino y comprimiendo el pulmón izquierdo.

Gravísima situación de compromiso vital al estar incidiendo sobre un ser ya gravemente deteriorado (estamos suponiendo que está vivo como pretenden los defensores de la teoría del desmayo, pero con un shock traumático que simula la muerte), situación que requiere un tratamiento INMEDIATO impensable e imposible en el crucificado, colocación de un mecanismo valvular que impida la entrada del aire por la herida en tanto si permita su salida a modo de válvula de escape unidireccional , descompresión del neumotórax y corrección quirúrgica......

Se pueden hacer interpretaciones "más sombrías", he dejado indemne la hoja visceral de la pleura para beneficio de "los del desmayo" y no he referido las repercusiones hemodinámicas concurrentes, pero no se me ocurren interpretaciones "más benignas".

- Si la lanza hubiera seguido penetrando, tras atravesar el pulmón alcanzaría la otra posible "fuente" de agua, el pericardio, membrana sero-fibrosa que envuelve y protege el corazón y el inicio de los grandes vasos y que de forma patológica puede albergar entre sus dos capas una muy abundante cantidad de líquido. Bastan y sobran como ya escribí 8-10 centímetros de penetración total e incluso menos si se tiene en cuenta el efecto "acordeón" para alcanzar el pericardio y la fina pared muscular del corazón en su aurícula derecha.

Un hidropericardio que diera lugar a un efluente visible ya habría provocado previamente la muerte por taponamiento cardiaco, y aún sin efluente visible añadiría una nuevas y graves complicaciones a las ya referidas en el apartado anterior. Ni que decir tiene que la perforación de la aurícula derecha es igual a muerte fulminante.

-Así que es "natural" el que los defensores de la teoría del desmayo prescindan de todos esos "nimios detalles".

Miguel Lorente no sólo elude el tema de la lanzada sino que añade como comenté en el post anterior, y a diferencia de otros autores, un cuadro de hipocalcemia severa aguda responsable de la rigidez muscular observable en la Sábana Santa sin importarle que el tal cuadro reflejado a ese nivel mataría "al más pintado", larigo-espasmo, bronco-espasmo y parada cardiaca, sin posibilidad de tratamiento alguno, calcio intravenoso, ni en esa época ni durante muchísimos siglos después.

Para mayor confusión de sus lectores este individuo manifiesta ser defensor de la autenticidad de la Sábana y pretende estar adherido a la hipótesis de Raymond Rogers para explicar la formación de la imagen, una reacción de Maillard.

Falso.

El fallecido Raymond Rogers, magnífico científico al que debemos mucho en el conocimiento de la Sábana, era duro en sus críticas, excesivamente duro con los propios "compañeros de viaje", sindonistas, en los debates internos.¿Cómo habría calificado la pretensión de Miguel Lorente de haberla conocido?.

1.-La hipótesis de Rogers sobre una reacción de Maillard NO SE REFIERE A LA FORMACIÓN DE LA IMAGEN, cosa que indicó y dejó bien claro el propio Rogers para evitar confusiones, SINO A LA GÉNESIS DEL COLOR.

2.- Esa reacción de Maillard se produciría según Rogers entre las aminas aromáticas que emiten prontamente los cadáveres, putrescina y cadaverina, y los polisacáridos que rodean las fibrillas del lino.

¡Son los MUERTOS y NO LOS VIVOS los que pueden emitir cadaverina y putrescina, Miguel Lorente!

[no comparto la hipótesis de Rogers sobre la génesis del color producto de una glucosilación ("amino-carbonyl reaction"), como otros muchos sindonistas, pero ello no afecta al comentario sobre Miguel Lorente que dice subscribirla tergiversando y falseando la propuesta de Rogers]