"Mais alors, mon vieux?...Jésus-Christ a resussuscité!" ( "¿Pero entonces, amigo mío?....¡Jesucristo ha resucitado!").
Despues de leer el trabajo de su amigo el Dr. Pierre Barbet ,"Les cinq plaies du Christ", y tras unos instantes de silencio, el Prof. Hovelacque pronunciaba esas palabras.
( Pierre Barbet, cirujano del Hospital San José, de París, publicaba ese trabajo en 1937).
La Resurreccion de Jesús es el núcleo de la Fe cristiana.
Creo en la Resurrección de Jesús de Nazaret.
Pertenece al ámbito de la fe y no de la ciencia ya que no es observable, no es verificable y no es reproducible.
[Pero es lícito que el conocimiento científico pretenda acercarse a ella. El origen del Universo, el origen de la vida, no son observables, verificables, reproducibles ni falsables, y no por ello se escapan al estudio de la ciencia]
La Sábana de Turín muestra la impronta corporal frontal y dorsal de Jesús de Nazaret producida por un mecanismo que por el momento escapa a nuestra inteligencia, y además toda una serie de manchas de sangre y suero o plasma sanguíneo producida por mecanismos que nos son bien conocidos.
Hemos visto en post anterior ( http://lasabanaylosescepticos.blogspot.com/2011/01/un-hecho-extraordinario.html) que la "Jospice Imprint" demostraba inequívocamente que un ser humano podía dejar su impronta sobre un tejido y ello no acontecía en relación a ninguna resurrección.
Sus enormes diferencias cualitativas y cuantitativas con respecto a la imagen de la Sábana de Turín indican simplemente que los mecanismos de producción han sido muy diferentes y abren la posibilidad de que otras muchas concatenaciones de circunstancias no conocidas puedan dar asimismo lugar a improntas corporales.
Así que la presencia de una impronta corporal, hecho indudablemente extraordinario, no indica "per se" que haya acontecido una resurrección y es lo que defienden las hipótesis "naturales" sobre la formación de la imagen en la Sábana Santa.
Esto hará fácilmente inteligible al lector el que Yves Delage, que junto con Vignon y Colson realizara el primer estudio científico de la Sábana defendiendo su autenticidad, fuera agnóstico.
[Yves Delage defendió en la Academia de Ciencias de París en 1902, en una deplorable sesión interrumpida por los vociferantes académicos, la autenticidad de la Sábana Santa como envoltura mortuoria de Jesús de Nazaret.]
Y hará también inteligible el que uno de los más ilustres sindonistas al que debemos tanto en el estudio científico de la Sábana, Raymond Rogers (1927-2005), director de las investigaciones químicas llevadas a cabo por el STURP, fuera escéptico y no relacionara la impronta corporal de la Sábana, cuya autenticidad demostraba, con el hecho de la resurrección de Jesús, siendo para él la imagen un producto de causas naturales ( aunque si bien justificaba la génesis del color amarillo de las microfibrillas del lino que conforman la imagen por una reacción de Maillard provocando la oxidación/deshidratación, explicita que no podía justificar el mecanismo de formación de la imagen en sí misma).
Ambos científicos, Delage y Rogers, con un siglo de diferencia fueron partidarios de hipótesis vaporigráficas para la formación de la imagen.
Estas hipótesis "naturales" además de dejar sin resolver muchos aspectos de la Sábana, precisan forzosamente que el cuerpo fuera "retirado" antes de que se iniciaran los procesos de descomposición corporal ya que estos hubieran "borrado" la imagen.
Otras hipótesis sindonistas defienden la acción de diferentes procesos físicos como responsables de la imagen:
- Procesos "naturales" de naturaleza excepcional, caso de la descarga de electricidad estática (descarga corona) cuya fuente de energía hubiera sido el fuerte terremoto narrado en el evangelio de Mateo en el amanecer del domingo cuando es removida la piedra que cierra el sepulcro.
- Procesos "no naturales" en el sentido de que la fuente de energía sería el propio cuerpo de Jesús de Nazaret, o contado de otra manera, sería el hecho de la Resurrección el generador de la emisión de diversos tipos de radiaciones que se responsabilizarían de la formación de la imagen.
Radiaciones electromagnéticas, como los rayos X de baja energía y las radiaciones ultravioleta, y las radiaciones nucleares ( partículas alfa, partículas beta, protones y neutrones) han sido pues invocadas por diversos autores, Giles Carter, Jackson, Rinaudo, Antonacci y Fanti entre otros.
La principal oposición a estas hipótesis "no naturales" no es fruto del campo "escéptico", que es prácticamente inexistente y está representado por panfletistas pseudo-escépticos, cientistas carentes de formación, sino del propio sindonismo.
Raymond Rogers, defensor de la autenticidad, escribía en 2002:
"If any form of radiation (thermal, electromagnetic, or particle) degraded the cellulose of the linen fibers to produce the image color, it would have had to penetrate the entire diameter of a fiber in order to color its back surface. Some lower fibers are colored, requiring more penetration. Radiation that penetrated the entire 10-15-mm-diameter of a fiber would certainly color the walls of the medulla. All image fibers show color on their surfaces but not in the medullas."
"Scientific method applied to the Shroud of Turin. A review.
http://www.shroud.com/pdfs/rogers2.pdf
Indicando que cualquier forma de radiación tenía forzosamente que afectar la coloración de la médula de las microfibrillas del lino si coloreaba su parte más superficial.
Siendo Rogers tan magnífico científico debiera haber sido más prudente, se equivocaba.*
En 2008 los científicos del ENEA conseguían con el láser excimer que impulsos de luz ultravioleta de pocos nanosegundos con valores muy acotados de energía y densidad de potencia colorearan la capa más superficial (0,2 micras) de las microfibrillas del lino sin colorear la médula.
http://www.30giorni.it/it/articolo.asp?id=22576
Todas las teorías que postulan causas "no naturales" se mueven en los "límites" de la Ciencia, en sus "fronteras", y todas ellas de una u otra manera aceptan la "desmaterialización" del cuerpo de Jesús como causante de la energía que provocó el que la impronta de su imagen se fijara en la Sábana.
[esa energía podría haber perturbado el contenido de C14 del lino de la Sábana, por lo que lo excepcional sería que una datación correcta, no la chapuza de 1988, diera un resultado acorde con el siglo I .]
Siendo las únicas que permiten explicar algunas de las peculiaridades que se observan en la Sábana, ninguna consigue ser satisfactoria. Un desafío a la inteligencia.
Me he referido hasta aquí a la impronta de la imagen corporal, de mecanismo pues desconocido e irreproducible hasta el momento.
Pero sobre la Sábana aparecen numerosas manchas de sangre y manchas de suero o plasma cuyo mecanismo de formación si nos es conocido y que son tan irreproducibles en la práctica como la propia imagen corporal.......
¿Qué le podía hacer exclamar a un eminente anatomista como Hovelacque, no creyente, la frase con la que he iniciado el post?
"Mais alors, mon vieux?.....Jésus-Christ a resussuscité!" .
Veremos eso y algo más en el próximo post.