lunes, noviembre 08, 2010

La teoría del desmayo (4)






El corazón se halla situado en medio de la cavidad torácica, por detrás del esternón del que sobresale más a la izquierda a expensas del ventrículo izquierdo y algo menos a la derecha a expensas de la aurícula derecha.

A nivel del quinto espacio intercostal ambos lados del esternón, derecho e izquierdo, se constituyen en "puntos mortales" al ser penetrados por un arma blanca a poca que sea su penetración una vez traspasada la pared costal. Estos "puntos mortales", amén de otros, eran bien conocidos por los soldados mejor entrenados del mundo antiguo, los soldados de Roma.

Cuando el soldado traspasó con su lanza el costado de Jesús, su intención deja poco lugar para la duda.

No se elige el herir sobre un "punto mortal" para cerciorarse de si una muerte aparente es tan sólo un desmayo, se elige un "punto mortal" para garantizar o certificar la muerte.

Traté en un post muy anterior http://lasabanaylosescepticos.blogspot.com/2009_03_01_archive.html sobre el manejo por los soldados de Roma de las "pila", armas de utilización preferentemente arrojadiza en el campo de batalla pero también utilizada en el "cuerpo a cuerpo" al modo habitual de la lanza.

El pilum romano, singular de pila, era capaz de atravesar el escudo del adversario y aún herirle mortalmente.....De hecho nos ha llegado el relato de poder atravesar varios escudos galos y fijarlos entre si.

Quiero significar con ello el gran poder de penetración de esas armas gracias a su largo vástago de hierro y a la fuerza "habitual" que el soldado desplegaba en su utilización.

La herida del costado, su interpretación, debiera ser crucial en la teoría del desmayo y supervivencia de Jesús, pero es eludida por unos, tergiversada por otros, y como hecho común a "unos y otros" el ignorar sus terribles consecuencias.

Para justificar el "agua" brotando de la herida aludida por Juan, algunos no han dudado en referirla como líquido ascítico, procedente del peritoneo, e incluso orina, claro que para ello trasladan la herida del costado a la línea media abdominal. Pero ni es la línea media abdominal lo que Juan relata sino el costado, ni es la línea media abdominal lo que se muestra en la Sábana Santa, sino el costado en su quinto espacio intercostal derecho.

Hay que buscar pues esa "fuente" de agua en la pleura o en el pericardio.......y asumir sus consecuencias.

Veamos que sucedería en el "vivo" al recibir la lanzada:

-Al penetrar la punta de la lanza en el espacio intercostal derecho la hemorragia podría ser moderada, incluso pequeña de no interesar un vaso importante, perforaría la hoja parietal de la pleura que podría contener una cantidad importante de sangre mezclada con exudado pleural entre esa hoja parietal perforada y la hoja visceral, un hemotórax causado por la flagelación, que fluiría como tal mezcla al retirar la lanza.

La consecuencia de la perforación pleural sería un neumotórax que se denomina como abierto al ser la superficie de la herida igual o mayor que 2/3 del diámetro de la tráquea, circunstancia que se da en la herida del costado de la Sábana, con lo que tras una inmediata entrada del aire procedente del exterior que iguala la presión intratorácica con la presión atmosférica anulando el mecanismo respiratorio normal y colapsando el pulmón derecho que se reduce a un muñón inoperante, el aire continúa entrando con los movimientos respiratorios y va desviando el mediastino y comprimiendo el pulmón izquierdo.

Gravísima situación de compromiso vital al estar incidiendo sobre un ser ya gravemente deteriorado (estamos suponiendo que está vivo como pretenden los defensores de la teoría del desmayo, pero con un shock traumático que simula la muerte), situación que requiere un tratamiento INMEDIATO impensable e imposible en el crucificado, colocación de un mecanismo valvular que impida la entrada del aire por la herida en tanto si permita su salida a modo de válvula de escape unidireccional , descompresión del neumotórax y corrección quirúrgica......

Se pueden hacer interpretaciones "más sombrías", he dejado indemne la hoja visceral de la pleura para beneficio de "los del desmayo" y no he referido las repercusiones hemodinámicas concurrentes, pero no se me ocurren interpretaciones "más benignas".

- Si la lanza hubiera seguido penetrando, tras atravesar el pulmón alcanzaría la otra posible "fuente" de agua, el pericardio, membrana sero-fibrosa que envuelve y protege el corazón y el inicio de los grandes vasos y que de forma patológica puede albergar entre sus dos capas una muy abundante cantidad de líquido. Bastan y sobran como ya escribí 8-10 centímetros de penetración total e incluso menos si se tiene en cuenta el efecto "acordeón" para alcanzar el pericardio y la fina pared muscular del corazón en su aurícula derecha.

Un hidropericardio que diera lugar a un efluente visible ya habría provocado previamente la muerte por taponamiento cardiaco, y aún sin efluente visible añadiría una nuevas y graves complicaciones a las ya referidas en el apartado anterior. Ni que decir tiene que la perforación de la aurícula derecha es igual a muerte fulminante.

-Así que es "natural" el que los defensores de la teoría del desmayo prescindan de todos esos "nimios detalles".

Miguel Lorente no sólo elude el tema de la lanzada sino que añade como comenté en el post anterior, y a diferencia de otros autores, un cuadro de hipocalcemia severa aguda responsable de la rigidez muscular observable en la Sábana Santa sin importarle que el tal cuadro reflejado a ese nivel mataría "al más pintado", larigo-espasmo, bronco-espasmo y parada cardiaca, sin posibilidad de tratamiento alguno, calcio intravenoso, ni en esa época ni durante muchísimos siglos después.

Para mayor confusión de sus lectores este individuo manifiesta ser defensor de la autenticidad de la Sábana y pretende estar adherido a la hipótesis de Raymond Rogers para explicar la formación de la imagen, una reacción de Maillard.

Falso.

El fallecido Raymond Rogers, magnífico científico al que debemos mucho en el conocimiento de la Sábana, era duro en sus críticas, excesivamente duro con los propios "compañeros de viaje", sindonistas, en los debates internos.¿Cómo habría calificado la pretensión de Miguel Lorente de haberla conocido?.

1.-La hipótesis de Rogers sobre una reacción de Maillard NO SE REFIERE A LA FORMACIÓN DE LA IMAGEN, cosa que indicó y dejó bien claro el propio Rogers para evitar confusiones, SINO A LA GÉNESIS DEL COLOR.

2.- Esa reacción de Maillard se produciría según Rogers entre las aminas aromáticas que emiten prontamente los cadáveres, putrescina y cadaverina, y los polisacáridos que rodean las fibrillas del lino.

¡Son los MUERTOS y NO LOS VIVOS los que pueden emitir cadaverina y putrescina, Miguel Lorente!

[no comparto la hipótesis de Rogers sobre la génesis del color producto de una glucosilación ("amino-carbonyl reaction"), como otros muchos sindonistas, pero ello no afecta al comentario sobre Miguel Lorente que dice subscribirla tergiversando y falseando la propuesta de Rogers]


2 comentarios:

Otro Victor dijo...

En mi opinión, es precioso cómo el evangelista resume en pocas palabras lo que en el s. XXI discuten médicos y científicos: "sino que uno de los soldados le abrió el costado con la lanza, y al instante salió sangre y agua" (Jn 19,34). Es obvio que Juan presupone la buena fe del lector: él ha visto "en funcionamiento" el pilum romano y diciendo lo que dice, lo dice todo.

Alfonso Sánchez Hermosilla dijo...

Estimado Carlos, muchas gracias por el esfuerzo que realizas sin perder la objetividad.